Tipos de agua: guía completa sobre sus clasificaciones y usos

tipos de agua

El agua tan vital e importante para nuestra vida fluye ampliamente por todo el planeta, tanto superficialmente como subterráneamente, en distintos estados también. Este líquido compuesto por moléculas conformadas por un átomo de hidrógeno y dos de oxígeno, tiene más versiones que aquella que nos es tan familiar en nuestros hogares a diario. 

Pues bien, el agua cubre aproximadamente un 70% de nuestro planeta, y además de ese amplio porcentaje que refiere a aquella que vemos en lagos, ríos y océanos, si no que también debemos considerar el agua congelada en los polos y glaciares, el vapor de agua en nuestra atmósfera y las fuentes de agua que se acumulan debajo de nuestros territorios. 

Analizar el agua desde su origen es tan solo una manera de aprender sobre los tipos de agua, no obstante, según las variantes en sus propiedades físicas, químicas y biológicas, además, de sus usos, podríamos evaluar las categorías en las que se clasifica este líquido vital. 

Clasificación del agua según su origen

Cuando pensamos en el origen o fuente del agua para hablar de su clasificación tenemos algunas variables que son importantes de tener presente, ya que podemos hablar de aspectos generales, como el hecho de que el agua se encuentra en fuentes superficiales como ríos, lagos, mares y demás, por otro lado, en fuentes subterráneas como los acuíferos. 

No obstante, podemos considerar más tipos de agua aparte de las fuentes superficiales y subterráneas como los siguientes: 

  • Agua de manantial: Este tipo emerge naturalmente desde el subsuelo a la superficie, sin necesidad de sustraerla de un acuífero, por dar un ejemplo. Este tipo de agua consta con la presencia de minerales según las rocas y suelos por los que fluye, es considerada de alta calidad, incluso, puede llegar a ser de consumo directo para los humanos.
  • Agua de glaciares: Es aquella que se encuentra congelada en los casquetes polares y en glaciares, es una de las mayores reservas de agua del planeta, se debe encontrar en estado sólido, pero se ha empezado a derretir debido al cambio climático.
  • Agua de lluvia: Esta proviene de la precipitación atmosférica, debido a su paso por la atmósfera, suele contaminarse, llegando a generarse así la lluvia ácida. Aun así puede usarse domésticamente como riego y limpieza, además de que es filtrada por los suelos llegando después a los acuíferos. 

Entonces, ¿cuáles son las particularidades del agua superficial o subterránea? Son las siguientes: 

  • Agua superficial: Es aquella que encontramos en la superficie terrestre, ríos, lagos, embalses, mares y océanos. Esta puede contener microorganismos, materia orgánica y sedimentos, está expuesta a diferentes tipos de contaminación y su calidad y tipo de tratamiento dependen del clima y su ubicación.
  • Agua subterránea: Esta se encuentra debajo de la superficie terrestre, como en los acuíferos y pozos, para acceder a ella es necesario perforar, suele ser más limpia que la, ya que se filtra naturalmente a través de suelo y rocas. Puede contener minerales y sales disueltas que le dan un nivel de dureza. Es menos susceptible a la contaminación, pero no es completamente inmune según su ubicación. 

Ahora bien, cada uno de estos tipos de agua tiene sus propias características que nos permite determinar su uso, ya que la necesitamos para vivir y desarrollar varios aspectos industriales de nuestra sociedad actual, y así clasificar en otros tipos el agua que usamos, que tiene distintas propiedades químicas o físicas del agua. 

Tipos de agua según su salinidad

Ahora hablemos de la salinidad del agua, esta propiedad química del agua que es fundamental para saber cómo podemos tratar el agua con la intención de consumirla, es decir, potabilizarla y en algunos casos, realizar un proceso de desalinización. 

  • Agua salada: Esta se encuentra en los mares y océanos, de hecho gran porcentaje del agua superficial es parte de esta categoría. Para que el agua se considere salada debe contener alrededor de un 35% de sales disueltas, más exactamente, bicarbonato de calcio, sulfato de magnesio y cloruro de sodio. Si bien esto depende de la profundidad y su ubicación geográfica, es la característica principal.
  • Agua dulce: A diferencia del tipo de agua anterior, en esta encontramos menos de 1000 mg/l de sales disueltas. Es decir, una baja concentración de sodio y sales. Esta agua dulce se encuentra en ríos, lagos, lagunas, humedales, arroyos, e incluso, acuíferos.
  • Agua salobre: Este tipo de agua se encuentra entre el agua salada y el agua dulce, de hecho, se usa como un valor amplio para enmarcar distintos niveles de salinidad, ya que se considera agua salobre aquella que contenga desde 0,5 gramos a 30 gramos de sal por litro. Naturalmente, este tipo de agua se halla en puntos de encuentro entre agua de mar y ríos, tales como marismas  y estuarios.

Tipos de agua según su uso

Los usos del agua nos hace concentrarnos en los tipos de agua que se han creado gracias al desarrollo de nuestra forma de vida, ya que si en un principio el agua la consideramos como aquella que bebemos o usamos para cocinar o asear, en realidad, esta es fundamental para el funcionamiento de diversas industrias, así que entremos en detalle: 

  • El agua potable: naturalmente, el primer tipo de agua según su uso es aquella que ha sido tratada debidamente para cumplir ciertos estándares de calidad y seguridad para que sea apta para consumo humano. Está libre de todo microorganismo patógeno, químicos tóxicos, cuenta con un pH equilibrado entre 6.5 a 8.5 para ser exactos, y puede además contener minerales beneficiosos para nuestro cuerpo. Esta la usamos para consumo directo, higiene personal y también limpieza del hogar.
  • Agua industrial: si bien entrar a fondo aquí nos deriva en distintas industrias y posibles usos del agua, ya que cada una tiene sus necesidades específicas, podemos de todas formas considerar algunas características específicas:

    Suele requerir niveles de pureza dependiendo su uso final, es decir, desde que esté libre de todo mineral, a que cuente con algunos específicos. También puede ser importante que esté libre de impurezas para no dañar maquinaria o afectar el desarrollo de productos, y en industrias específicas puede mezclarse con aditivos químicos para los procesos que deban realizarse.

    Por lo general, se usaría para refrigerar maquinaria, como en centrales eléctricas, fábricas, generación de vapor, lavado y limpieza de equipos o incluso, como materia prima para producción de alimentos, bebidas y productos químicos.
  • Agua en la agricultura: Este uso del agua tiene su propia categoría, ya que se usa para la cría de animales y el riego de cultivos. Es uno de los mayores consumos de agua a nivel mundial. No siempre necesita ser potable, pero aún así debe estar libre de contaminantes, por ejemplo, para evitar la contaminación del suelo y los cultivos.

    En algunos casos requiere de ciertos nutrientes, sobre todo para los cultivos, también su análisis riguroso para evitar que tenga niveles de salinidad elevados, pues pueden perjudicar el suelo. 

Procesos de tratamiento del agua

Ahora bien, como ya vimos el agua depende de su fuente de origen y de sus características físicas y químicas para determinar su uso, y también su tipo de tratamiento, no todo tipo de agua requiere un proceso de potabilización riguroso, como el agua de manantial, , por otro lado, el agua dulce o salada también necesitarán un tratamiento acorde a sus propiedades. 

Así que hablemos primero sobre el proceso de potabilización, que es aquel proceso mediante el cual el agua de distintas fuentes naturales – independiente de su origen, lago, río o acuífero -, es tratada para hacerla segura y apta para el consumo humano. Este tratamiento consta de varias etapas tales como: 

  1. Captación y pretratamiento: El agua se extrae de la fuente, sea embalse, pozo, río y acuífero, y se somete a un pretratamiento para eliminar sólidos grandes, como ramas o basura, mediante rejillas y tamices. Según la fuente de agua y la planta de tratamiento, se incluye también una primera desinfección con el uso del cloro, para controlar la presencia o crecimiento de microorganismos o algas.
  2. Coagulación y floculación: aquí se añaden coagulantes químicos que hacen que las partículas y sedimentos pequeños se agrupen formando flóculos, esto simplifica su eliminación.
  3. Sedimentación: Se deja el agua en reposo en grandes tanques, permitiendo que los flóculos y partículas pesadas queden en el fondo por gravedad, con la finalidad de eliminar la mayor parte de impurezas.
  4. Filtración: El agua pasa por filtros de arena, carbón activado o membranas para eliminar partículas más pequeñas, microorganismos y algunos contaminantes químicos.
  5. Desinfección: Aquí se completa el proceso de desinfección, se recurre al cloro, ozono o luz ultravioleta para eliminar la presencia de patógenos, virus o bacterias que puedan encontrarse en el agua. El cloro, de hecho, permite que el agua se mantenga libre de microorganismos durante su distribución.
  6. Ajuste de pH y remineralización: por último, se aseguran de que el pH del agua esté en el nivel adecuado para evitar corrosión de las tuberías, y miden la presencia de minerales como calcio y magnesio de ser necesario. 

Este procedimiento se usa en aguas dulces, que, de hecho, suele ser el tipo de agua que se prefiere para tratar con la intención de usarse para consumo humano. No obstante, ¿qué ocurre en zonas en que el agua dulce es escasa y solo contamos con acceso al agua salada? 

Pues bien, aquí aparece el proceso de desalinización, existen varias formas de realizar este proceso, pero dependen específicamente del método que esté disponible, estos son algunos de los métodos más usados para realizar este tratamiento en aguas saladas:

  1. Destilación: El agua de mar se calienta hasta evaporarse, separando así el agua de las sales y otros minerales que están presentes en ella. Luego, tras la condensación del vapor generado, se recoge como agua purificada. Si bien es un método efectivo, requiere mucha energía, y es menos común en la actualidad.
  2. Ósmosis inversa: Es el método más utilizado debido a su eficiencia y menor costo energético. En este caso, el agua de mar se hace pasar a alta presión a través de membranas semipermeables que retienen las sales y otros contaminantes, permitiendo solo el paso de agua. Por lo general, el agua queda casi libre de sales, pero requiere un ajuste de pH y remineralización para su apto consumo.
  3. Electrodiálisis: Aquí se recurre a un campo eléctrico para separar los iones de sal del agua. Suele usarse para el tratamiento de aguas salobres. 

En estos casos el agua requiere ajustes de pH, remineralización, entre otros cuidados para asegurarse de que el agua está en la mejor calidad posible para ser consumida por humanos. 

Importancia de la conservación y uso sostenible del agua

Puede que al saber qué buena parte de nuestro planeta está cubierto de agua, que incluso existen reservas congeladas en los polos o algunos glaciares, pensemos que no tenemos que preocuparnos por el uso industrial, doméstico, y agrícola del agua. Sin embargo, debido a las consecuencias del uso del agua industrial y agrícola, se ha generado tipos de aguas contaminadas, que ayudan a contaminar fuentes naturales que eran viables para captar agua para potabilización. 

Además de otros tipos de contaminación, e incluso, el mal uso del agua potable en nuestra vida diaria. El agua es el recurso más importante para nosotros, y depende de un ambiente sano y equilibrado para mantenernos  bien. El cambio climático también tiene un impacto en el agua y su propio ciclo, afectando así cosechas importantes, que, incluso, son más importantes que ciertos usos industriales que fomentan sobre todo un exceso en nuestro consumo, generando así muchas veces aún más contaminantes. 

El uso debido del agua, optar por tratamientos del agua que incluso no desperdicien el mismo recurso es fundamental sobre todo en la actualidad, además de considerar el uso de energías renovables, y la reutilización de dispositivos que siguen sirviendo a pesar de la constante y rápida producción de los mismos.

Conclusión

Si bien, existen varios tipos de agua, no es de menor importancia recordarnos que este es un recurso finito, que ha sido altamente afectado por el trabajo del hambre y los altos niveles de consumo que se han vuelto costumbre en nuestra sociedad. El agua es vital para todo ser vivo en el planeta, por lo tanto, debe ser de los elementos que cuidemos y protejamos por encima de cualquier tipo de interés personal o económico que no beneficie a toda la sociedad. 

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