El planeta azul, denominado así por cómo se ve desde el espacio ya que la mayoría de su superficie contiene agua, es el único planeta que alberga vida. Por lo menos, es lo que nos han confirmado científicamente hasta el día de hoy. Una de las razones por las cuales este planeta goza de la presencia de vida es que está compuesto por las sustancias necesarias y se encuentra en el equilibrio preciso para que la vida surja, se mantenga a lo largo de milenios.
Dentro de aquellas sustancias y condiciones preciadas para que la vida se dé y se sostenga tenemos la presencia abundante de agua. El agua es una de las sustancias que mantiene a todo lo que es vida en este mundo, es parte principal del funcionamiento de los cuerpos y cada uno de sus órganos. Y además, el agua de por sí es vital para todo ser vivo que se halla en el planeta tierra.
La importancia de la hidratación es constantemente mencionada cuando consideramos los diferentes cuidados de nuestra salud. Seguramente lo hemos escuchado en podcast, noticias, recomendaciones médicas y familiares, el agua es y siempre será fundamental para el cuidado de nuestro cuerpo y el bienestar de nuestros días.
Sin embargo, para comprender qué importancia tiene la hidratación, y más la hidratación en verano, debemos recordar cuáles son todos esos aspectos que hacen tan preciada la hidratación de nuestro cuerpo, cómo el agua afecta, nutre y sostiene nuestro cuerpo nos permitirá comprender la importancia de la hidratación para cada uno de nosotros.
Si nuestro cuerpo requiere agua para funcionar, podremos con toda naturalidad llegar a la conclusión de que el agua es vital para nuestra existencia. Y esto implica, entonces, que existen niveles estimados sobre la cantidad de agua que podemos necesitar traducidos en niveles de deshidratación e hidratación. Ya que como tal, la hidratación podemos definirla como el proceso químico que realizan los cuerpos para incorporar agua a un compuesto, o a su cuerpo.
Ahora, este proceso químico puede tener una gran variedad de circunstancias externas que pueden afectar, ya sea características de cada uno de los cuerpos que deben hidratarse, condiciones externas que afectan dicho cuerpo, tales como el clima o temperatura exterior, actividades realizadas por cada cuerpo, calidad del agua y los alimentos ingeridos por dicho cuerpo, condiciones de salud, entre otros aspectos. Reconocer todos estos elementos nos permitirá dar una discusión seria y concreta sobre qué importancia tiene la hidratación y con ello, podremos asegurarnos de cuidar de nuestro cuerpo partiendo del nivel de hidratación que aportamos en nuestra vida diaria.
Sin más, podemos sumar que podremos notar por qué hablar de la hidratación en verano es tan importante, debido a que las circunstancias externas a las que nos vemos sometidos durante esta estación son drásticas, e incluso, debemos agregar que hoy debido al cambio climático pueden ser circunstancias aún más severas con olas de calor más duraderas o más seguidas de lo que habíamos vivido anteriormente.
Siendo así, la importancia de la hidratación es un tema que concierne a todas las personas, incluso si consideramos el cuidado de las plantas y animales que nos rodean. Todo ser vivo necesita de una cantidad de agua para que su cuerpo funcione correctamente y mantenga su salud. De hecho, podemos precisar seguramente distintos momentos en los cuales hemos sentido sed y más cuando las condiciones climáticas externas son adversas.
La sed es una señal corporal para indicar que nuestro cuerpo requiere agua, la hidratación en verano de hecho se hace notar continuamente, sentir la garganta o la boca seca es una alarma corporal para recordarnos la importancia de la hidratación para nuestro cuerpo. Conocer mejor nuestro cuerpo, nos permitirá cuidar de nuestra hidratación y darle la importancia que dicha requiere y aún más, en un momento tan caluroso como lo es el verano.
Importancia de la hidratación en verano: Todo lo que necesitas saber
Empecemos con la hidratación en verano, su importancia y cuáles son los consejos más importantes para mantenernos debidamente hidratados cuando la temperatura que nos rodea es alta. Para hablar de la importancia de la hidratación, distingamos primero qué le ocurre a nuestro cuerpo cuando hace mucho calor.
El cuerpo humano tiene la capacidad de autorregular su temperatura, adaptándose a diferentes condiciones climáticas; siendo esta una de las cualidades más importantes de nuestro cuerpo para nuestra supervivencia. En el caso de altas temperaturas, nuestro cuerpo produce el sudor, el cual es una manera de perder agua. El sudor nos permite refrescarnos, y hacer más soportable los momentos en que estemos en altas temperaturas.
Ahora como podemos notar con claridad es que esto implica una pérdida considerable de agua corporal, esto indica claramente un desequilibrio interno en la cantidad de agua que necesita y contiene nuestro cuerpo. Sabemos que aproximadamente dos tercios de nuestro peso se equipara a la cantidad de agua que contiene nuestro cuerpo, seguramente han escuchado antes que somos setenta por ciento agua, es decir, más de la mitad de nuestro peso es agua. Toda esa agua se divide entre fluidos y órganos, no solo como el elemento que les permite funcionar, sino también como sustancia que los compone.
Por ejemplo, la sangre es entre un ochenta y ochenta y cinco por ciento agua, nuestra piel también contiene altos porcentajes de agua, nuestros músculos, cerebro e incluso nuestros huesos que cuenta al menos con un cuatro por ciento de agua. Es en estos detalles que reside la importancia de la hidratación para todos nosotros. Y es por eso, que la hidratación en verano es una de las más importantes que podemos considerar.
Ahora bien, ante el calor por medio del sudor perdemos una cantidad considerable de agua. Además, pensando que durante olas de calor o en los momentos con temperaturas más altas incluso dormidos vamos a sudar. Sin embargo, nuestro cuerpo está constantemente perdiendo agua en cada una de las acciones que realiza, tales como la exhalación de aire, esto implica el uso de una cantidad específica del agua y nuestra respiración es constante día a día, noche a noche.
Si bien, no podemos negar la importancia de la hidratación constante, en el caso de la hidratación en verano se nos exige una atención más concreta sobre lo mismo, un aumento en el cuidado de nuestra hidratación es más que necesaria durante los tres meses de verano. Debido a que perdemos mayor cantidad de agua debido a la respuesta natural ante las altas temperaturas, necesitamos acudir a una mejora en nuestra hidratación. ¿Cómo podemos hacer más eficaz nuestra hidratación diaria?
Pues bien, se ha discutido y recomendado exhaustivamente que debemos beber ocho vasos de agua al día, equiparando esta cantidad con dos litros de agua diario. No obstante, estos valores pueden cambiar dependiendo las condiciones externas y particulares de cada persona. En este caso, la hidratación en verano también se verá sujeta a las circunstancias de cada persona.
Una persona que hace ejercicio o alta actividad física en su trabajo durante el verano estará en la necesidad de beber más agua que una persona que trabaja en un ambiente aclimatado a menor temperatura y no hace mayor actividad física. Es por eso que debemos ajustarnos a nuestro cuerpo y sus necesidades, sin disminuir el hecho de que el cuerpo necesita entre litro y medio a dos litros de agua como base para mantener una buena hidratación.
Siendo así la regla, la hidratación en verano puede exigir más vasos de agua al día. Se recomienda, además, que el agua que se beba se encuentre a una temperatura entre veinte y quince grados centígrados, ya que el agua fresca será más fácil de absorber por parte del cuerpo, logrando una mejor hidratación corporal. Otro aspecto fundamental es nuestra dieta.
Los líquidos y el agua contenida en otros alimentos también aportan a mantener una buena hidratación. Así como la importancia de la hidratación recae en beber o absorber el agua suficiente para nuestro cuerpo, el tipo de líquidos que bebemos también es importante. Algunos jugos, frutas, tés, bebidas isotónicas, entre otros líquidos pueden aportar si son bebidos adecuadamente y sin exceso. Mientras que bebidas altas en azúcares o alcohólicas, no tendrán grandes aportes en el cuidado de nuestra hidratación.
Por lo tanto, ¿qué importancia tiene la hidratación en verano? Es uno de los aspectos que requiere de una gran atención y cuidado de nuestra parte. Evitar pasar un mal rato e incluso llegar a enfermarnos en nuestra época de vacaciones puede depender directamente de la cantidad de agua que bebemos a diario, así que no descuidemos la importancia de la hidratación en verano.
Importancia de la hidratación
Para discutir qué importancia tiene la hidratación es imprescindible que hablemos de nuestro cuerpo y su salud. La vida humana requiere de circunstancias externas precisas para mantenerse, tales como la temperatura que lo rodea, la presencia de oxígeno, igualmente la del agua, alimentos con nutrientes indicados para brindar energía. Este conjunto de elementos, entre otros más detallados, son precisos para garantizar que el cuerpo se mantenga vivo.
Es por eso que comprender qué importancia tiene la hidratación podrá también ayudarnos a comprender las razones por las cuales beber agua debe ser un hábito inculcado y practicado con la intención de cuidarnos, a la par de alimentarnos adecuadamente, beber agua es fundamental.
Si notar que importancia tiene la hidratación es notar es notar que nuestro cuerpo funciona de manera orgánica, sin problemas que afecten nuestra nutrición y desempeño diario, podríamos enlistar varios aspectos concretos que se ven fortalecidos con una buena hidratación en verano y en nuestra vida diaria
- Funcionamiento mental: Nuestro cerebro está compuesto por agua en un alto porcentaje, la hidratación permite que nuestros procesos mentales sean mucho más claros. Sentirnos bien descansados, con claridad mental es también un síntoma de una buena hidratación. Los procedimientos mentales desde nuestra atención, memoria, aprendizaje se ven afectados por la hidratación que tenemos. Una mala hidratación trae consigo dolores de cabeza, agotamiento e irritabilidad.
- Mejor estado de ánimo y mejor concentración: Debido a que nuestro cuerpo funciona orgánicamente, podremos sentir que no desgasta energía en procesos que deben ser llevados a cabo con naturalidad. Lo cual, permite que cada órgano funcione con la energía necesaria. Evitando agotamiento, mejorando el uso de nuestra capacidad mental y energía para completar nuestras actividades diarias.
- Termorregulador corporal: el cuerpo tiene su propio sistema de autorregulación de temperatura; una hidratación correcta permite que este proceso autónomo funcione debidamente.
- Ayuda a nuestras articulaciones: El movimiento entre nuestras articulaciones es suave y fluido gracias a la presencia de líquido que las rodea. Para que la cantidad de líquido sea el necesario para que no se vea afectado el movimiento entre las articulaciones, evitar todo tipo de contacto que puede llegar a ser doloroso.
- Sostiene y protege nuestros órganos: Si bien la composición de nuestros órganos en gran porcentaje de agua, es también importante notar que nuestros órganos están rodeados de líquido y recubiertos por membranas que los protegen.
- Facilita la nutrición: El proceso de absorción de nutrientes ya sea líquidos o sólidos es realizado por nuestro cuerpo usando grandes cantidades de agua, para que nuestra nutrición funcione debidamente es de gran importancia hidratarnos correctamente, sino el proceso de eliminar toxinas será mucho más difícil e incluso, puede afectar la salud.
- Mejora el proceso de oxigenación celular: Cada proceso realizado por el cuerpo requiere una cantidad de agua, entre ellos el proceso de exhalación. El agua es vital para lograr que cada órgano funcione adecuadamente.
- El cuidado de nuestra piel: siendo este el órgano más extenso de nuestro, nuestra barrera protectora. Una buena hidratación sostiene a este órgano como protector, permite que mantenga su elasticidad, su capacidad para eliminar toxinas y también su capacidad de absorber y sostener la hidratación de la piel.
Estas son parte de las razones por las cuales la importancia de la hidratación es innegable. Si bien, para comprender qué importancia tiene la hidratación debemos reconocer lo necesaria que es para nuestro cuerpo. Cada uno de nuestros órganos y su debido funcionamiento requiere de una determinada cantidad de agua, y al mismo tiempo, pierde una cantidad de agua, lo cual implica que necesitamos beber agua constantemente e hidratarnos correctamente.
Consecuencias/ problemas de no hidratarse correctamente
Si bien, discutimos los beneficios que obtiene nuestro cuerpo gracias a una buena hidratación, es consecuente que tengamos presente también cuáles son los problemas al no hidratarse correctamente. Podríamos saltar a la conclusión de que la importancia de la hidratación que permite que nuestro cuerpo funcione resultaría en la deshidratación en el caso contrario; sin embargo, hay todo un camino antes de llegar a la deshidratación de nuestro cuerpo, y con ello una serie amplia de síntomas que podemos notar antes de que estemos completamente deshidratados y claramente en peligro.
Para distinguir todos los signos que nos da nuestro cuerpo para indicar que no está siendo hidratado de manera correcta debemos comprender qué es la deshidratación y cuáles son sus diferentes tipos para poder ajustarse de manera correcta y cuidar adecuadamente de nuestras necesidades para cuidar nuestra salud.
La deshidratación, es el hecho de que el balance de la cantidad de agua que está en nuestro cuerpo está en un valor negativo, es decir, que estamos en falta de agua. Más exactamente, podemos comprenderlo como el hecho de que estamos perdiendo más agua de la que bebemos o ingerimos por día. Ahora bien, esto puede tener distintas especificaciones según la cantidad de electrolitos que perdemos con el agua diaria y es esto lo que resulta en tres tipos distintos de deshidratación.
En un primer lugar, hablamos de la deshidratación isotónica cuando perdemos la misma cantidad de electrolitos y agua. Luego tenemos la deshidratación hipertónica que indica que estamos perdiendo más electrolitos que agua, y la hipotónica que se manifiesta en una pérdida de agua mayor a la pérdida de electrolitos.
Como podemos ver cada uno de estos tipos de deshidratación implica algo diferente, nuestro cuerpo reaccionara a primera mano con la misma alarma: La sed. Ahora, una vez que la sed aparece y nuestro cuerpo empieza a notar que hay un desbalance en la cantidad de agua, una de las consecuencias más importantes es que el agua que contiene la sangre de nuestro cuerpo disminuye, lo cual afecta la oxigenación y el transporte de nutrientes por todo el cuerpo.
Si esta pérdida de agua se mantiene por largo tiempo, las consecuencias se van a hacer más notorias y también mucho más severas. Una deshidratación leve causará un dolor de cabeza, mareos, fatiga, debilidad e incluso somnolencia. Ante estos síntomas puede que desestimar la necesidad de agua sea sencillo, pero en realidad, sería cometer un grave error. Para darle la importancia debida a la hidratación, es importante que la tengamos presente cada vez que nuestro cuerpo se siente mal.
Ante casos más severos, cuando la deshidratación sea moderada sentiremos nuestra boca seca, también nuestra piel perderá cierto grado de elasticidad, sentiremos el pulso acelerado, nuestro volumen de orina disminuye considerablemente y además, puede que tengamos una sensación de pesadez.
Y en caso de deshidratación grave los síntomas serán mucho más graves e imposibles de ignorar, será de necesidad imperativa acudir a un centro médico para ser atendido. Entre los síntomas podremos notar una sed extrema, una respiración superficial y acelerada, espasmos musculares, vómitos, falta de volumen de orina, piel fría y húmeda y seguramente una alteración del estado mental, presencia de delirios.
Lo mejor que podemos hacer es hidratarnos de una manera correcta, con la intención de evitar que nuestro cuerpo padezca más síntomas que el simple hecho de tener sed. Es natural que nos de sed o sintamos la boca un poco seca para recordarnos que debemos tomar agua; pero, permitir que nuestro estado empeore podría ser peligroso, de ahí que para hidratarnos correctamente debemos hacer del beber agua un hábito.
Aspectos a tener en cuenta para hidratarse correctamente
Como hemos mencionado a la hora de hablar de cómo hidratarse correctamente debemos ser conscientes de los factores externos que acompañan a cada persona. Su edad, peso, dieta, nivel de actividad física y las condiciones ambientales que lo rodean son tan solo algunos de los aspectos que deberán ser tomados en cuenta a la hora de elegir una cantidad exacta de agua que debe beberse al día.
No obstante, por encima de esto podemos establecer ciertos hábitos que pueden ayudarnos a crear un hábito de hidratación correcta. Para eso vamos a diferenciar entre niños y niñas, adultos y adultos mayores en un principio, ya que esto implica de entrada una diferencia importante en la cantidad de agua que debe beberse. En los adultos podemos basarnos en los dos litros de agua, que podrán variar según el peso de la persona; aun así, se mantiene entre litro y medio a dos litros de agua por persona. Y por último, en los adultos mayores de setenta años puede que disminuya ligeramente la cantidad de agua que debe ser bebida diariamente.
En el caso de los adultos mayores se recomienda algo similar al cuidado de los niños, si bien las condiciones corporales se modifican drásticamente con el paso de los años, el proceso de hidratación también va a tomar una cantidad de tiempo. Lo cual manifiesta que es preferible que los adultos mayores deben beber poca agua, pero durante distintos momentos del día. Ahora, si hablamos de los jóvenes y adultos, es decir, personas entre sus veinte a sesenta y cinco o más años, se establece que deben tomar entre dos a dos litros y medio de agua. Se aconseja acostumbrarnos a beber agua durante el día dividida en varios vasos, se tienen estimados ocho, pero sabemos que eso puede variar según los recipientes usados para beber. Lo importante es tomar agua en cada una de nuestras comidas, a la hora de levantarnos, antes de acostarnos, y entre comidas.
Es importante ajustar la cantidad de agua que se bebe según las necesidades y particularidades de las condiciones de vida de cada quien, por ejemplo, las mujeres embarazadas también necesitan beber una cantidad de agua distinta, se recomienda aumentar aproximadamente trescientos mililitros de agua a la cantidad de agua que es bebida diariamente, ya que es común la deshidratación en mujeres embarazadas o que se encuentren lactando.
Signos de deshidratación
Podemos notar que existen diversos síntomas de deshidratación y dependen del grado de deshidratación por el que esté pasando la persona. Sin embargo, podemos hacer una notación breve de los síntomas que primero aparecen y requieren de atención inmediata para evitar que empeore la situación de la persona de manera vertiginosa.
Dentro de dichos síntomas tenemos el dolor de cabeza, la sed, sequedad en la boca, piel muy seca y fría, orina de color oscuro y algunos calambres musculares. Ante la presencia de estos síntomas a la vez, e incluso los primeros tres ya son una gran indicación de la necesidad de agua por parte de nuestro cuerpo.
Después de estos síntomas, si persisten o si llegamos a notar que la orina está más oscura, la sequedad de garganta ha empeorado, notamos mareos y la piel irritada, además de un estado de irritabilidad, además de delirios o estado de shock estamos ante un caso inminente y grave de deshidratación y deberá tomarse medidas urgentes lo más pronto posible, ya que puede ser letal.
Estos síntomas nos piden atención y para evitarlos debemos dar importancia a la hidratación diaria de nuestro cuerpo. Beber el agua que necesitamos, empezar por habituarnos a beber diariamente desde que despertamos hasta antes de irnos a dormir puede hacer una gran diferencia en nuestro estado de salud.
Ahora, en el caso de los niños es de gran importancia proteger su hidratación, debido a que son más sensibles ante las distintas condiciones ambientales y, por otro lado, proclives a enfermarse por diarrea, gastroenteritis lo cual implica una pérdida considerable de líquidos. Es importante dar agua de a pocos durante el día, en vez de hacerlos beber una gran cantidad de líquido en pocos momentos durante el día.